A cuatro minutos antes de las campanadas… ¡me quede dormida!..
… Signo evidente de la impaciencia que esa tarde nos corría a mi compañera de piso, Almudena («mi roomie”) y a mí por salir, por estrenar, por celebrar…
…. Fruto de las celebraciones previas a un año, que todavía no había entrado. ..
Preparativos, planes, salidas, recuerdos, mareos, ganas, prisas, carreras, risas, música, añoranza, complicidad, gente, miradas, deseos, sueños, copas,mojitos, conversaciones, llamadas, mensajes, frio, más risas, humo, carcajadas, sueños…
¡Las uvas! (gritando) escucho… a lo que los «malas lenguas» dicen que contesto… «déjame que tengo sueño»… (Verdaderamente estaba en un sueño)
¡Las uvas! vuelvo a escuchar, abro los ojos y de pie, delante mía estaba Almudena, que un minuto antes, estaba en la misma posición horizontal.
¡Las uvas…! ¡Quedan 4 minutos! como de un salto me incorporo y creo que hasta con los ojos cerrados, me dirijo a la cocina para recoger las uvas… evidentemente, ya estaban en la mesa, dios! Si quedan 3 minutos! Ella se estaba encargando de contarlas y separarlas en dos vasitos (este año no ha habido tiempo de mostrarse exquisita y poder seleccionarlas previamente). Me acerco hasta las ventanas para abrirlas, por consejo de un iluso que nos comentó que desde nuestro piso escucharíamos las campanadas. Las abro con la rapidez que me deja el estar adormilada todavía, asomo la cabeza, pero nada. Creo que las ilusas fuimos nosotras.
Mientras… las campanadas ya sonaban (yo seguía pensando que serían los cuartos) 1 – 2 – 3… Mi compañera, sentada en el sofá, mirando el comecocos (de este año) e indignada por la mala conexión, tomaba campanada por uva. ¡Pero, si le daba tiempo incluso a decirme que, no eran los cuartos!, que cerrara las ventanas que entraba frio, que cogiera el vaso, que me tomara las uvas… si… me quede con 5 uvas fuera de las campanadas (las malas lenguas, los pesimistas, los supersticiosos e incluso los creyentes… me dirían que mis últimos 5 meses del 2009 dejarán mucho que desear, ¡ya lo veremos!).
Se nos olvidaron las maletas en la puerta, el oro dentro de la copa de champán, entrar con el pie derecho (¡para estar a pata coja, estábamos nosotras!), se nos olvido… (Con tono derrotado)
Tomamos lentejas (costumbre francesa), brindamos con mojitos, quemamos nuestros tres deseos para este año… para las cuatro estaciones, los 12 meses, los 365 días, sólo nos queda ponerle ganas.
(Aunque a veces no las encontremos)